Un inventario de activos no es solo una obligación contable: es una herramienta clave para el control operativo, la eficiencia y la toma de decisiones estratégicas. Sin embargo, en muchos de nuestros proyectos —tanto en entidades públicas como en empresas privadas— seguimos encontrando errores recurrentes que generan costes ocultos, pérdida de trazabilidad y una visión distorsionada del patrimonio real.

En Biton, tras mucho tiempo acompañando a organizaciones en la gestión patrimonial y la digitalización de sus activos (antes como Coresolutions), hemos identificado los fallos más frecuentes. Aquí los resumimos —junto con recomendaciones prácticas para evitarlos— para ayudarte a mejorar la fiabilidad y el rendimiento de tu inventario.

1. No tener el inventario actualizado

Tomar decisiones con datos obsoletos provoca duplicidades, activos “fantasma” o elementos mal ubicados. La actualización periódica —especialmente en entornos con mucho movimiento— es clave para mantener una fotografía real del patrimonio. Digitalizar el proceso ayuda a garantizar esa actualización continua.

2. No registrar correctamente las bajas

Es habitual encontrar activos amortizados o asegurados que, en realidad, ya no existen físicamente. Establecer una política clara de bajas evita costes innecesarios, reduce riesgos y mejora la trazabilidad del patrimonio.

3. Falta de un sistema de etiquetado estándar

Sin una buena codificación, los controles físicos y auditorías se vuelven lentos y propensos a errores. Etiquetas con código de barras, QR o RFID —según el tipo de activo— permiten una identificación rápida, fiable y automatizable.

4. Duplicidades por mala gestión de altas y movimientos

Cuando las entradas, traslados internos o reasignaciones no se registran correctamente, aparecen activos duplicados o mal ubicados. Un sistema con trazabilidad completa evita estos problemas de consistencia.

5. No vincular el inventario físico con la contabilidad

Si el inventario no se cruza con la contabilidad, surgen descuadres: activos sin valor, valores sin activo o amortizaciones incorrectas. Alinear ambos sistemas —físico y contable— es esencial para garantizar rigor y transparencia.

6. No asignar responsables a los activos

Cuando nadie es responsable, se pierde el control del uso, mantenimiento y localización. Asignar responsables por áreas o categorías mejora el seguimiento y la rendición de cuentas.

7. Gestionarlo todo en Excel (o peor, en papel)

Excel puede servir en etapas muy iniciales, pero se vuelve insuficiente, lento y propenso a errores en organizaciones con un volumen medio o alto de activos. Migrar a una solución especializada —como CoreInvent, nuestra plataforma de gestión patrimonial— permite controlar el ciclo de vida completo del patrimonio de forma fiable y escalable.

Una gestión patrimonial eficiente empieza por un inventario confiable. Evitar estos errores no solo mejora la eficiencia operativa, sino que reduce costes ocultos, mejora la transparencia interna y el cumplimiento normativo y aporta una base sólida para la toma de decisiones estratégicas.

En Biton acompañamos a organizaciones públicas y privadas con soluciones adaptadas, tecnología propia y equipos especializados en gestión patrimonial e inventarios. Si te identificas con alguno de estos puntos, podemos ayudarte.